Los edificios son responsables de hasta un 40% del consumo energético global. Con esto en mente, el proyecto Europeo de Investigación DIRECTION, pretende demostrar como los edificios de bajo consumo energético pueden ser implementados en la práctica.

Pero, ¿qué es lo que convierte un proyecto de un edificio eficiente energéticamente en un negocio de éxito?
Mientras es de sobra conocido por todos que la eficiencia energética supone una forma de ahorro, el factor energético continua siendo secundario para empresas y consumidores. “Para que un producto resulte atractivo, tiene que suplir una carencia (p.e. los coches eficientes que suponen un ahorro en combustible), o dar una imagen de calidad (p.e. los coches eléctricos, que ofrecen una imagen de sostenibilidad): en el caso de los edificios, ni el coste energético ni la presión económica de ser ineficientes es demasiado alta” dice Inés Alomar, una consultora energética freelance de Barcelona.

Normalmente, es la demanda la que modifica el mercado: “Lo que realmente necesitamos es una tendencia hacia la eficiencia de aquellos que compran o alquilan, que forzaría al mercado a implementar la eficiencia” añade Oliver Vietgen, uno de los arquitectos de la firma Facit GmbH & Co. KG, firma participante en el proyecto DIRECTION.
El equipo de Vietgen, implementó varias medidas de ahorro energético en el edificio “Nu-Office” de Múnich, que recibió un distintivo LEED Platinum a la construcción sostenible en 2013. Este edificio es considerado por muchos como el edificio de oficinas más sostenible del mundo.

Un cliente sin experiencia que desea una edificicación eficiente, puede encontrar difícil hallar las soluciones más adecuadas a su proyecto, donde encontrar financiación o qué modelo de negocio enfocar. “Existe ciertamente un nicho en poner al alcance de los dueños lo que realmente necesitan y pueden obtener”, afirma John Morrissey, experto en sostenibilidad urbanística en la Universidad John Moore de Liverpool, Inglaterra.

Con el fin de superar esta barrera, Alomar sugiere la necesidad de la figura del “abogado energético”, como “la figura que trabaja junto a las compañías que construyen, compran o alquilan, que pueden aclarar las metas a conseguir y como conseguirlas.” Esta figura, asegura Alomar, ayuda además a superar las barreras de financiación, como las que Vietgen y su equipo se encontraron en la venta del proyecto Nu-Office de DIRECTION, y que finalmente solventaron gracias a la autofinanciación.

“Aunque los fondos de inversión para proyectos energéticos existen, muchas veces son desconocidos por los promotores”. Morrissey sugiere una razón para esto, “las instituciones financieras no tienen interés en promocionar estas opciones de bajo interés porque en el corto plazo no ofrecen beneficio para ellos.”

Vietgen considera que un sistema establecido de medición del rendimiento energético de los edificios ayudaría a solventar el problema de intentar convencer a los posibles compradores (del edificio Nu-Office) de los beneficios de la eficiencia energética: “No somos capaces de demostrar los niveles de consumo futuros, ya que el edificio solo lleva operativo medio año. Los compradores se preocupan de la subida en los precios de la energía en el futuro, así que hemos tenido que vender más barato.”

Morrissey está de acuerdo en que un método estándar de comparación de edificios sería útil, mientras Alomar indica: “Lo que falta es que los equipos de diseño que dirigen el proyecto puedan garantizar el consumo de energía futuro.”

Otro de los retos en el camino hacia la eficiencia energética de los edificios que existen, son los “Incentivos divididos”: Los propietarios no invierten porque son los inquilinos los que afrontan las factures energéticas, y los inquilinos no invierten en propiedades que no poseen.

Las Compañías de Servicios Energéticos, según Morrissey, ayudarían a superar este obstáculo: “son menos sensible al riesgo que los propietarios y pueden aportar los beneficios que una inversión otorgaría a los ocupantes.

Estas compañías pueden también contribuir a la eliminación de la inversión por adelantado, un obstáculo superado en otros tipos de industria a través de diversas practicas de éxito: “Si un promotor, en vez de vender el edificio, lo explota y alquila por un periodo extenso de tiempo,-al final del cual el cliente puede convertirse en propietario- el riesgo sostenible queda más repartido”, afirma Alomar.

Puedes leer más sobre las políticas activas de eficiencia energética de la Unión Europea aquí: http://www.direction-fp7.eu/News/Turning-Energy-Efficient-New-Building-Projects-Into-Successful-Businesses.kl

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